La Empatía
Percibir lo que el otro siente es la esencia de la empatía.
No siempre se expresa con palabras lo que se siente; en cambio, lo revela el tono de voz, la expresión facial y otras maneras no verbales. La capacidad de percibir esas comunicaciones sutiles pueden ejercitarse con el conocimiento de uno mismo y del autodominio. Si no podemos percibir nuestros propios sentimientos (o impedir que nos ahoguen) nos veremos irremediablemente fuera de contacto con las estados de ánimo ajenos.
Cuando falta esa sensibilidad, la gente queda descontenta. La carencia de oído emocional conduce a la torpeza social, ya sea por haber interpretado mal los sentimientos ajenos, ya sea por una franqueza mecánica e inoportuna, o una indiferencia que aniquila la afinidad. Una de las formas que puede adoptar esta falta de empatía es tratar a los demás como si fueran estereotipos y no los individuos únicos que son.
La empatía requiere, cuanto menos, saber interpretar las emociones ajenas; incluye percibir las preocupaciones o lo sentimientos del otro y responder a ellos. La empatía significa comprender los problemas e intereses que subyacen bajo los sentimientos del otro.
Diana Alvarez